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11 mayo 2010 2 11 /05 /mayo /2010 15:17

PROGRAMA DE ENOLOGIA - INSTITUTO DE LOS ANDES

CAPITULO 21: LOS AROMAS DEL VINO

Disusión enviada por : Hugo Olaechea Espinoza

 

LOS SENTIDOS EN LOS VINOS (AROMAS)

A la hora de una cata o solamente al disfrutar un vino, nuestros sentidos entran en funcionamiento, de esta manera nuestra nariz sentirá los olores cítricos, frutales a especias que puedan tener los vinos, la boca sentirá los sabores que tenga el vino como los taninos y sabores a madera, con la vista identificaremos los colores de los vinos que dependerán de su crianza, celaje, etc.

 

Sin lugar a dudas la faz olfativa es la más importante, en una degustación de vinos (o de comidas en general) por varias razones, que pasamos a analizar.

 

Muchas de las sensaciones que comúnmente denominamos "gusto"  son en realidad la resultante de la mezcla del sabor con el aroma, una prueba sencilla que podemos realizar para comprobarlo es ponernos en la lengua una pizca de canela tapándonos  la nariz. Crease o no sentiremos lo mismo, si colocamos canela que si fuese arena o polvo de ladrillo.

Además de esto el olfato es de por si varias veces más sensible que el gusto.

 

Otra razón por la cual  el  olfato es tan importante a la hora de catar es que una vez enviada la "señal" del aroma y es percibida por el cerebro, este por un lado la registra y por otro la comprará con nuestra memoria de olores para devolvernos la sensación de algo conocido o de algo nuevo.

  

Si durante esta fase alguien nos dice "tiene aroma a grosellas frescas del bosque en una mañana  mojadas por el rocío", solo podremos coincidir o discutirlo si en nuestro registro de memoria de olores tenemos grabado ese olor, el órgano encargado de ello es el hipotálamo.

 

Cuanto más rica sea nuestra experiencia mayor será nuestro registro y más preparados estaremos para desmenuzar la complejidad aromática de un vino.  Sin buscar un ejemplo tan sofisticado como el enunciado, si queremos discernir cual es la diferencia entre pimienta blanca, verde o negra o entre pimientos morrones y calaorras o si un aroma húmedo se corresponde con hongos o madera mojada, lo mejor es ponerse a oler todo aquello que los conocedores entrenados nos dicen encontrar en los aromas del vino.

 

El sentido del olfato es capaz de distinguir y con gran sutileza una cantidad de aromas que ninguna máquina inventada por el hombre ha logrado igualar por más que se base en análisis cuali-cuantitativos, lo que hace al olfato algo irremplazable y además los olores están asociados con sensaciones agradables o de las otras.

 

Los primeros aromas que encontramos en el vino son los denominados primarios que corresponden a las sustancias más volátiles y que se desprenden sin tener necesidad de agitar la copa, normalmente se corresponden con aromas frutados que estarán ligados a la cepa o cepas que constituyen el vino que estamos catando.   

 

Una vez encontrados los aromas primarios se agita la copa en sentido circular para permitir que se desprendan las sustancias aromáticas más pesadas y acto seguido literalmente hablando se "mete" la nariz en la copa para encontrar los aromas secundarios que están relacionados con la etapa de elaboración del vino y los terciarios relacionados con la etapa de evolución o guarda del mismo.

 

Decimos que un vino tiene mayor o menor complejidad aromática cuanto mayor o menor sea el tipo de aromas encontrados.

 

Más allá de la sensibilidad y capacidad natural que cada uno tenga sin duda el entrenamiento permite desarrollar esa sensibilidad.  Se pueden tomar cursos de aromas donde mediante el empleo de sustancias enfrascadas se consigue entrenar el olfato.  

 

En los vinos encontraremos aromas relacionados con alguno de los siguientes grupos:

  

a. Frutales, florales y vegetales: no necesitan mayor explicación, están siempre presentes en los vinos jóvenes y poco evolucionados, se corresponden según sean vinos blancos o tintos con "frutos rojos" , "ananá" , "ciruelas", "hierbas", "pasto mojado"  "paja seca", etc.

 

b. Cárnicos: almizcle, cuero, carne, panceta, etc. son más comunes en los vinos del tipo "viejo mundo"  que al momento de salir al mercado ya presentan una importante evolución.

 

c. Balsámicos: alcanfor, mentol, menta, etc.

 

d. Maderas y humedad: cedro, pino, roble, resinas, hongos, etc.

 

c. Químicos y Minerales: sulfurados, acéticos, ferrosos, ferruginosos, grafito, etc.

 

d. Especiados: pimienta, pimientos, clavo de olor, vainillas, etc.

e. Alcoholes y Esteres: etílicos, acéticos, grasos, etc.

f. Otros: pan tostado, café, ahumado, cocido, quemado y otros relacionados con el tratamiento al que se somete la madera de las barricas y toneles.

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11 mayo 2010 2 11 /05 /mayo /2010 15:16
El Aroma del Vino

 

Por: Jaime Ariansen Céspedes – Programa de Enología del Instituto de los Andes

 

El néctar, la ambrosía, la panacea no solo son nutrientes mágicos y deliciosos, sino tienen un aroma único, fantástico, embriagador. Esta es la respuesta a la interrogante de cual era la fragancia de las comidas y bebidas de los Dioses.

El olor es una principal fuente de placer, los aromas son vehículos de sensaciones que penetran hasta las fibras más recónditas del cuerpo, de la mente y sobre toda el alma.

Es perfectamente posible no solo recordar algún hecho sino también sentir el olor característico de algo que amamos, a través del tiempo y la distancia, es decir los sentimientos sobre la forma, el color, el sabor y el olor tienen valores similares.

Sentir el aroma especial de un vino puede despertar el deseo de probarlo y al contrario también es posible que un olor que no te guste traiga un mal recuerdo y produzca una sensación negativa.

Cada variedad de uvas y tipo de vino tienen diferentes composiciones moleculares, referidas a sus aromas, dependiendo de muchas condiciones como el grado de maduración, exposición solar, comportamiento del clima, sistema de producción, crianza, salud, etc. Similar variedad de posibilidades concurren en el físico y la cultura del catador y las circunstancias ambientales de la cata. Entonces en la enología hay múltiples posibilidades tanto en la emisión como en la recepción del aroma.

Existe un muy importante órgano sensorial en la nariz, que trabaja como el terminal de una computadora, denominado epitelio olfativo, donde concurren millones de células especializadas actuando como sensores nerviosos. Funcionan automáticamente al contacto con los olores y trasmiten en tiempo real la información al cerebro que se encarga de procesarla y compararla con el archivo de la memoria. Se ha realizado un análisis grafico de esta compleja operación y el resultado es una fantástica sinfonía.

Cada persona tiene una capacidad diferente de oler, y nos hemos encontrado en la investigación con un aspecto realmente interesante y con muchas interrogantes todavía por resolver, por ejemplo: indicios de que las mujeres – en general - tendrían mayor desarrollo olfativo que los hombres. También que la cultura, la experiencia y la practica en un determinado sector mejoran notablemente las capacidades sensoriales. El epitelio funcionaria como un músculo que puede ser ejercitado profesionalmente en un gimnasio.

Claro esta que también existen múltiples factores que bloquean o disminuyen las capacidades olfativas, desde aspectos físicos de salud hasta estados emocionales de diferentes orígenes.

El vocabulario para expresar el bouquet, los aromas y olores de los vinos tienen dos claras vertientes, una es la que expresa el aspecto técnico ó profesional y el otro es el fantasioso y adornado metafóricamente, frecuentemente huachafo, utilizado por personas que tratan de subrayar sus conocimientos sobre enología.

La actual clasificación de los aromas del vino es muy complicada y ha nuestro entender todavía insuficiente y artesanal, hay mucho trabajo por delante.

Podemos comenzar con una clasificación básica en familias de olores, advirtiendo cientos de posibles combinaciones de éstos.

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11 mayo 2010 2 11 /05 /mayo /2010 15:12

Los Aromas del Vino.

El aroma identificado a través del olfato es una de las principales características de la calidad del vino. Las sensaciones de “nariz” se pueden clasificar en aromas (favorables) y olores (defectos) y según su origen, en primarios (procedentes de la fruta), secundarios (producidos durante la fermentación) y terciarios (adquiridos en la crianza).

 

Los aromas del vino provienen principalmente del hollejo de la uva. Se transfieren al vino en distintas fases de la producción, dependiendo de la variedad de la cepa, de la técnica empleada o el objetivo del productor.

 

Existen muchos aromas que pueden ser identificados a lo largo de la experiencia del catador, un experto podrá diferenciar una cepa de otra, un estilo de bodega o una zona determinada de producción. Es una tarea siempre difícil, la habilidad del catador solo se puede afinar mediante un programa riguroso de entrenamiento olfativo. Pero claro, en nuestras épocas científicas nada podrá suplantar profesionalmente a las pruebas científicas computarizadas de laboratorio.

 

Algunos Componentes Químicos.

Las sustancias que originan las sensaciones aromáticas de los vinos son muy diversas y numerosas. Se han identificado alrededor de seiscientas, pero en un futuro, con el desarrollo de los métodos de análisis, pueden ser muchas más.

 

Por su naturaleza pueden agruparse en: Alcoholes, Ácidos, Esteres Compuestos carbonílicos, Aminas, Hidrocarburos terpénicos, Carotenos.

Cada compuesto muestra su olor por razón de: Concentración, Punto de ebullición, Peculiaridad.

Acetato de Isoamilo: Aroma a plátano de algunos vinos Merlot.

Diacetilo: Aroma a mantequilla de algunos Chardonnay.

Geraniol: Aroma a flores presente en un Gewurztraminer.

Ionona: Aroma que recuerda a las violetas.

Linalol: Aromas provenientes de las rosas y se encuentran en los vinos moscatel.

Pirazina: Aroma que recuerda al pimiento verde y se encuentra en el Cabernet Sauvignon.

Terpenos: Los aromas a flores de un Riesling.

Tricloroanizol: Olor defectuoso a corcho.

 

Clasificación de los Aromas.

Los primarios: Fruta. Son aquellos que provienen de la cepa. El aroma primario debe sobresalir en un vino joven, puesto que es la marca de la variedad.

 

Los secundarios: Fermentación. Son aquellos que nacen de la fermentación. Los aromas secundarios son compartidos, ya que provienen de un proceso común como lo es la fermentación (alcohólica o maloláctica, por ejemplo). Ellos otorgan complejidad, pero desaparecen pronto.

 

Los terciarios: Crianza. Son aquellos formados al abrigo del aire, en la botella o en la barrica, o fruto de un lento proceso de reducción que dará vida a un buscado bouquet, el último paso en la complejidad aromática de los grandes vinos. Los terciarios obedecen a la combinación de varios y complejos procesos: el aporte tostado, a coco, a vainilla de las barricas, la fisión de estos con los primarios en la botella, y los aún misteriosos procesos de semi-reducción durante el envejecimiento.

 

Olores defectuosos.

El  de corcho (tricloroanizol),

El del ácido acético, que da olor a vinagre,

Las notas oxidativas, producto de excesos de oxígeno durante la vinificación.

 

La Cromatografía.

La ciencia a podido identificar alrededor de 750 compuestos, es posible clasificarlos e identificarlos mediante un método complejo denominado cromatografía en fase gaseosa, pero todavía existe mucho camino por recorrer y  hay cientos de aromas que aún no se identifican, especialmente en los tintos.

 

El Aroma de los Blancos.

 Sauvignon Blanc debiera tener notas cítricas. Además, es probable que también encuentre manzana verde, hierbas frescas, espárragos y "sudor de caballo" que, aunque le parezca extraño, mezclado con otros aromas es incluso agradable. En los Suavignon más elegantes, puede haber aromas minerales, a piedra o pólvora, como los magníficos blancos del Loire en Francia.

Sémillon  comparte ciertas notas con el Sauvignon (cítricas, a hierbas y manzana verde). Pero también es posible encontrar en él tonos muy suaves a miel y a pan tostado.

Gewurztraminer, una de las variedades más aromáticas, dominan las notas florales, también algo de lima y lichi, que es uno de los descriptores más característicos.

Chardonnay es más tropical y deja sentir notas a piña, mango y guayaba, como el que proviene del Valle de Casablanca. También a manzanas y durazno blanco. Asimismo, puede tener tonos cítricos si se trata de un Chardonnay que no ha tenido fermentación maloláctica (transformación del ácido málico en láctico). Este proceso natural, junto con bajar notablemente la acidez, le da a este vino notas a mantequilla, a crema fresca.

La madera es otra cosa. Por lo general, un blanco fermentado o con un paso leve por barrica (en Chile casi siempre el Chardonnay) agrega a su fruta notas tostadas, a vainilla, a nueces. En el mejor de los casos, los aromas de madera se complementan con los de la fruta; en el peor –y lamentablemente esto es muy común- las notas tostadas se llevan todo y sólo dejan eso: olor a madera.

 

El Aroma de los Tintos.

Cabernet Sauvignon: nos ofrece aromas a menta, grosellas, pimienta y canela, a mina de lápiz, a pimiento rojo maduro, a chocolate negro y violetas.

Merlot: sentimos aromas a frutillas, a ciruelas y chocolate, pero en este caso en la forma de un bombón relleno con mermelada. También hay flores, pero no menta y sí algo especiado, penetrante en la nariz.

Pinot Noir: también es floral, pero mucho más evidente. Hay frutillas, arándanos, aromas a hojas secas y húmedas, y algo animal, inquietante pero leve.

 

El Aroma de los Tintos Jóvenes.

Aromas a zarzamoras: Es unos de los rasgos más característicos de la variedad de uva Tempranillo que con mayor frecuencia se detecta en los vinos tintos jóvenes o de maderada crianza.

Aromas a grosellas: Aromas primarios aportados sobre todo por las variedades de uva Garnacha y Cariñena, aunque se puede ver en algunos vinos de la variedad Tempranillo. Suele desaparecer este aroma con la crianza de los vinos.

Aromas a endrinas: Elegante evocación de los vinos elaborados con uvas de la variedad Tempranillo maduras y sanas.

Carbón de Turba: Aroma secundario habitual en los tintos de maceración carbónica. Procede de componentes azufrados y es un defecto cuando es dominante.

 

La Cata.

La mejor forma de apreciarlos es en una copa de vaso cerrado en el borde, de manera que concentre los aromas, después de mover el contenido en sentido circular para que impregne las paredes de la copa y aumente la superficie de desprendimiento de aromas. Al describir las sensaciones se citan los productos evocados por los aromas del vino.

 

La cata de aromas se conoce también como: Apreciación olfativa, Apreciación de aromas, Olor del vino, Nariz del vino.

 

Generalmente, se admite que, una vez descorchada la botella, debe someterse el vino a la apreciación visual, brillo y color, después a la nariz y, últimamente, al paladar. Técnicamente no debe ser así, sino se debería iniciar la cata por la apreciación de aromas, por la razón de que si existen aromas, buenos o malos, fugaces, los podríamos perder si nos entretenemos antes mirando el vino.

 

La sensibilidad ante los aromas reside en el bulbo olfativo en la zona interna y superior de las fosas nasales, hasta donde llegan los vapores volátiles del aroma, pero siguiendo dos rutas:

1. Directa, a través de la nariz al agitar la copa ante ella.
2. Retronasal o indirecta al evaporarse vino en la cavidad bucal y pasar su aroma por vía posterior, detrás del velo del paladar, a la fosa nasal.

 

Es, por lo tanto, la apreciación de aromas un proceso muy complejo.

La copa normalizada es útil para apreciar aroma del vino. No lo sería una copa abierta del tipo de cáliz.

 

La temperatura del vino tiene mucha importancia para la cata del aroma. Una temperatura baja atenúa los aromas y una alta potenciaría en exceso la presión aromática retronasal, lo cual no es grato, resultando empalagoso. Por esta razón, la cata tiene su limitación en temperatura alta marcada por el aroma y se estima en 15-16 °C como máximo, que daría un aroma por vía retronasal de 25-26 °C. A partir de estas temperaturas el vino puede resultar no grato.

Los tiempos tienen igualmente importancia para la cata de aromas. El vino escanciado en copa inmediatamente después de abierta la botella tiene tres tiempos de aromas:

1. Durante tres minutos muestra bouquet en estancia en botella.
2. Siguen otros cinco minutos de aroma neutro.
3. Finalmente, muestra el aroma del roble de la barrica.

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11 mayo 2010 2 11 /05 /mayo /2010 15:09

MEJORAN EL AROMA DEL VINO

 

CEPA PARELLADA

 

CSIC- AGROINFORMACIÓN - Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado un método que permite mejorar el aroma de las bebidas alcohólicas fermentadas, preferentemente vinos, a través de la modificación del contenido terpénico de las mismas. El trabajo, publicado en la revista Metabolic Engineering, explica cómo es posible modificar genéticamente la levadura vínica S. cerevisiae para que durante el proceso de fermentación sea capaz de producir de novo monoterpenos, que tienen un papel destacado como componentes del aroma afrutado y floral.

La síntesis de monoterpenos está extendida en plantas y en los últimos años se han caracterizado muchos de los genes responsables de su producción. La mejora del proceso se ha conseguido a partir de la introducción del gen LIS de la planta Clarkia breweri en la levadura vínica S. cerevisiae. Este gen codifica la enzima linalol sintasa, responsable de la reacción de síntesis del linalol, uno de los monoterpenos mayoritarios en ciertos vinos. La cepa modificada es así capaz de producir de novo linalol, es decir, que gracias a esa modificación puede producirlo y sin ella no sería posible.

Como explica Margarita Orejas, investigadora del CSIC en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), centro en el que se ha desarrollado la investigación: “Algunas variedades de uva que se utilizan en vinificación tienen un perfil aromático muy neutro, debido a la escasez de terpenos. Gracias a esta modificación genética se consigue aumentar el aroma de los vinos procedentes de esas variedades, una de las características más importantes en la valoración de su calidad. Asimismo, el método puede aplicarse a otras bebidas (cava, cerveza, sidra o sake, entre otras), que podrán tener un aroma más favorable o diferente.”

Los componentes del aroma del vino elaborado a partir de mosto de la variedad Parellada fueron analizados mediante las técnicas cromatografía de gases y gases-masas, que demostraron cómo los niveles de linalol pasaron de estar por debajo del umbral de detección olfativa a superarlo.

A excepción del cambio en los niveles de linalol, los vinos producidos con esta cepa son comparables a los elaborados con levaduras comerciales. Además, la capacidad fermentativa de la levadura modificada no cambia. “El trabajo muestra cómo el consumo de azúcar, la producción de etanol y la tasa de crecimiento son iguales que en la cepa sin modificar”, asegura la investigadora del CSIC.

Levaduras ’a la carta’

Hasta el momento, uno de los procedimientos utilizados para aumentar el aroma se ha basado en la adición de enzimas que actúan sobre los precursores del mismo. Sin embargo, con esta estrategia solo se lograba aumentar los componentes aromáticos en aquellos vinos procedentes de variedades de uva con un nivel elevado de monoterpenos, por ejemplo Moscatel.

Como nos señala la investigadora del CSIC, Margarita Orejas: “Nosotros proponemos como alternativa a la adición de enzimas, que sea la misma levadura que lleva a cabo la fermentación la que sintetice los monoterpenos y por tanto genere aromas a partir de cualquier material de partida”.

Además, la reciente publicación de la secuencia del genoma de la vid va a facilitar aislar otros genes responsables de la síntesis de estos metabolitos y como consecuencia su expresión en levaduras vínicas. “De esta forma, con este método se podrían diseñar levaduras ‘a la carta’ para que produzcan simultáneamente distintos monoterpenos y/o metabolitos derivados, lo que permitiría elaborar distintos vinos a partir de un mismo mosto”, concluye la investigadora del CSIC

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11 mayo 2010 2 11 /05 /mayo /2010 09:31

El aroma del vino proporciona informaciones sobre la variedad de la uva, sistema de elaboración o crianza, calidad de la elaboración, edad del vino o su evolución...

 

La sensibilidad del olfato es 10.000 veces superior a la del gusto. Los sabores fundamentales son cuatro, mientras que los olores son la resultante de muchas sensaciones elementales, pueden enmascararse entre sí y la mezcla de varios aromas produce aromas nuevos.

 

En la cata de vinos, consideraremos aroma a las impresiones positivas, mientras que para referirnos a las sensaciones negativas o impropias del vino utilizaremos la expresión olor. Así, hablaremos, por ejemplo, de aroma afrutado o a vainilla y de olor a corcho o a humedad.

Los aromas de los vinos se clasifican en tres categorías: primarios, secundarios y terciarios con sus respectivas familias.

 

Los aromas primarios -o varietales - son los propios aromas de la uva, mientras que los secundarios provienen de la fermentación alcohólica y maloláctica. Los terciarios son los aromas adquiridos durante la crianza del vino, tanto en barrica como en botella. Este conjunto se denomina también "bouquet" . Es decir, un vino joven, sin crianza tendrá aromas primarios y secundarios, pero nunca podremos hablar de él refiriéndonos a su "bouquet". Los aromas terciarios pueden ser de oxidación o reducción, y de ambos a la vez. http://www.larioja.org/

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10 mayo 2010 1 10 /05 /mayo /2010 14:54

Con el paso del tiempo los vinos tintos tienden a aclararse y los blancos adquieren una tonalidad más oscura. El tono de los vinos tintos pasa de rojo rubí, al inicio de su envejecimiento, pasando por una variedad de rojos hasta obtener una coloración teja claro. En los blancos el color pasa de unos reflejos verdosos y dorados, prácticamente incoloro, a un color intenso de amarillo oro con el paso del tiempo.

 

 

El color del vino en envejecimiento

 

 

La explicación de los cambios de color se debe a que los antocianos (moléculas responsables del color en los vinos), y los taninos (responsables de la astringencia y el cuerpo de los vinos), participan simultáneamente en la coloración rojo vivo de los vinos jóvenes, al curso de su conservación, los antocianos libres desaparecen y los complejos taninos-antocianos condensados confieren a los vinos viejos su matiz de tela de cebolla tan característico.

 

Para que se realice esta transformación es necesaria la presencia de oxígeno. Para que la duración del color rojo vivo se alargue y se conserve con el tiempo es necesario que en la asociación taninos-antocianos tenga una relación 4:1, es decir, dos taninos por cada antociano, y esto se debe conseguir en la maceración de los hollejos.

 

Los posos que se forman el las botellas de vinos viejos son consecuencia de que las moléculas de la materia colorante tienden a polimerizarse, formando moléculas más gruesas. De este modo, pasan de estado soluble al estado coloidal, y por último al insoluble. Siendo este fenómeno totalmente ajeno al oxígeno. A mayor temperatura este proceso se acelera, por ejemplo, en verano o en lugares no adecuados para el reposo de los vinos en botella.

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10 mayo 2010 1 10 /05 /mayo /2010 14:25

Otra clasificación de los vinos es a través de sus colores, a saber tintos (rouge - red), blancos (blanc - white) y rosados (rosé - pink).

 

Vinos Tintos
El color del vino proviene del color de la piel de la uva, donde el mosto es dejado en contacto con la piel de la uva hasta que se alcance un color deseado.

Para hacer vino tinto, las uvas rojas se aplastan y el mosto pasa parte o la totalidad del periodo de fermentación y, en muchos casos, un periodo de maceración previo o posterior a la fermentación, en contacto con las pieles u hollejos. Toda la materia colorante, además de múltiples compuestos saborizantes y taninos, se encuentran en los hollejos de las uvas y la fermentación y maceración se encargan de liberarlos. Esta liberación se intensifica a menudo por técnicas de activación mecánica (remontado), o batido (bazuqueado), durante estos periodos.

 

Vinos Blancos
Los vinos blancos son aquellos producidos a partir de uvas verdes o blancas; o bien a partir de uvas negras aunque en estos casos nunca se deja al mosto en contacto con la piel de las uvas. El color obtenido en los vinos blancos es de tono verdoso o amarillento.

 

Vinos Rosados
El rosado (rosé) es producido dejando el mosto en contacto por un tiempo breve con la piel de las uvas. Suele producirse utilizando uvas rojas que permanecen en contacto con los hollejos (piel de la uva) por breves períodos. Con menor frecuencia se produce mezclando vinos tintos y blancos.

Fuente: zonadiet.com

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4 mayo 2010 2 04 /05 /mayo /2010 15:30

 

MATRICULA ABIERTA

 

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4 mayo 2010 2 04 /05 /mayo /2010 09:55

Instituto de los Andes

 

 

jaimeariansen@hotmail.com 

 

ARÚSPIDE. España. Agora, Tempranillo, Crianza. Vino clásico donde el cuidado exquisito en la selección de la materia prima, exclusivamente tempranillo, con acertada elaboración y crianza en barrica, le confieren estructura, equilibrio y una agradable presencia tánica bien afirmada por la crianza en botella. Medalla de Oro 2001 Premio Radio Turismo.

A CORCHO. Vino que tiene olor o sabor a corcho debido a sustancias procedentes del tapón, a causa de una mala conservación o defecto del mismo.

A LIAS. Inadecuado sabor del vino debido a una deficiente elaboración.

A MADERA. Gusto especial de la crianza en la barrica, puede ser de roble, encina u otra madera.

A.GRATIEN. Champaña, Épernay - Francia. Vinos: Brut, Cuvée Paradis, Millésimé. Una de las casas de Épernay que trabajan al modo tradicional, no muy conocida fuera de Francia, que ofrece buenos productos a modo continuado.

A.O.C.  Appellation d'Origine Contrôlée. La más alta clasificación general de los vinos en Francia. Certificación que garantiza el origen de un vino.

A.R. VALDESPINO. Bodega española, Jerez, Jerez de la frontera, Cádiz.

AAR GAVER. Vino de origen suizo, procedente de los cantones de Villingen, Wettingen y Schinznach.

ABADÍA RETUERTA RIVOLA. Vino tinto español, producido con cepas Tempranillo y Cabernet Sauvignon en la región de Castilla-León. Tiene como características un color: cereza, aromas: recuerda a las ciruelas, uva pasa, café y regaliz, sabor: fruta madura, contenido alcohólico: 13 grados, maridaje: carnes, aves y arroces. Ficha 1.

ABADÍA RETUERTA. Vino tinto español, producido con cepas Tempranillo, Cabernet y Merlot. De la zona Valladolid (Castilla y León). Elaborado por Finca Retuerta. Sardón de Duero (Valladolid).  A la vista se presenta con un color rojo granate, muy cubierto e intenso, que los catadores calificaron como "precioso". Aromas de fruta madura en su fase nasal, con algo balsámico, que recuerda al eucalipto. Y también denota su permanencia en madera, al ofrecer unos toques secos, como de tabaco. En boca se revela muy potente, sabroso y bien estructurado y con una personalidad muy particular. Rico final, en el que a los tonos frutales y florales se une la complejidad de elementos gustativos de la gama animal, como el cuero. Ficha 2.

ABALONGA. Uva blanca de origen alemán, resultado del cruce de las uvas Riesling y Sylvaner que produce un buen vino aromático.

ABBAYE - SKINNER. Vino tinto de la región de Médoc, Francia.

ABBE - GORSSE. De Gorse. Vino tinto francés de la región de Margaux.

ABBOCCATO. Describe en Italia a vinos ligeramente dulces.

ABEJAR. Variedad de uva blanca, parecida a la Albilla, de grano más grueso, menos jugoso y con hollejo más duro.

ABEL LAURENT. Vino tinto francés de la región de Margaux.

ABIERTO. Cuando el vino presenta características de poco color y escaso equilibrio en la boca. Quiere decir que el color es muy claro, poco intenso. Vino pálido. Vino insulso.

ABIET - LANDAT. Vino tinto francés de la región de Cissac.

ABOCADO. Vino dulce. Vino que tiene 5 y 15 g/l. de azúcares por no haber fermentado en su totalidad. Vino moderadamente dulce. Vinos ligeramente dulces, también se denominan así a una mezcla de Jerez dulce y seco.  En contenido de azúcares  de 5 a 15 gr por litro.  Un vino abocado puede ser logrado por agregado de azúcar, por la obra natural de las uvas utilizadas o por el grado de madurez de las mismas. Vino que contiene restos de azúcares, resultando ligeramente dulce.

ABOLLADURA. Concavidad en la base de las botellas de champagne y oporto principalmente. Universal en las viejas botellas fabricadas a mano. Ficha 1.

ABOLLADURA. La moldura hueca que se hunde en la base de una botella de vino. Universal en las viejas botellas fabricadas a mano; hoy limitado, por lo general, a las botellas de Champagne y Oporto. Ficha 2.

ABONA - VALLE DE GUIMAR. Comarca vitivinícola del archipiélago de las Canarias, España, donde se siembran las variedades Listan Blancas, Pedro Ximénez, Malvasia y Listan Negra, sus vinos blancos y rosados son frescos, ligeros y equilibrados.

ABOURION. Una uva menor raramente cultivada ahora en el Sudoeste de Francia. Utilizada para hacer un vino tinto llamado Borgoña temprano en California y Australia.

ABRAU. Vino blanco ruso procedente de la región de Crimea.

ABRIGAR. Procedimiento por el cual se le agrega alcohol al vino con el propósito de mantener cierta graduación alcohólica.

ABRUZZO. Región vitivinícola italiana, en Roma, donde se produce el famoso Montepulciano d'Abruzzo, un vino tinto con poco tanino, poco ácido y de muy buen rendimiento.

ABSTBERG. Vino blanco de la región alemana de Graach. Acerca de su coloración, que es uno de sus mayores atractivos, se dice que no pertenece a la naturaleza del vino sino a materias colorantes que le ceden las bayas del saúco, planta aromática de flores blancas, familia de la madreselva. Sus bayas parecidas a la fresa del capuli se desecan, se ponen en sacos y se pisan con el vino que se ha tenido en las bodegas durante meses.

ACABADO. La impresión que deja el vino al pasar por la boca y la garganta. Ultima fase de la producción del vino. Sabor que permanece después de haber tomado el vino. Generalmente una característica de los grandes vinos.

ACANDIA DE RHODES. Vino tinto griego, producido con cepas Diminit, en la región de Calitea, en la isla de Rodas. Tiene como características un color: rojo granate cargado, con reflejos ámbar, aroma: amplio, característico, con inflexión licorosa, sabor: pleno, moderadamente dulce, generoso y aterciopelado, contenido alcohólico: 15 - 16.5 grados, maridaje: vino para degustación fuera de las comidas; aunque también puede acompañar a los postres.

ACEDO. Avinagrado.

ACEITOSO. Algunas cepas como la Gewurztraminer y la Viognier pueden dar un carácter aceitoso en la boca. En los vinos Sauternes también puede suceder, aportándoles una textura rica y ligeramente aceitosa. En algunos casos no suele ser signo de calidad. Palabra utilizada para referirse a un vino grasoso, generalmente con defecto. Concepto de vino oleoso por enfermedad o por triturado de pepitas. Textura rica y ligeramente aceitosa que dejan en la boca determinados vinos.

ACEITUNA. Sabor especial que se puede encontrar en el Cabernet Sauvignon y el Cabernet Franc.

ACERADO. Color pálido de brillos metálicos (acero) que identifica algunos vinos blancos. Carácter vigoroso y firme, relacionado con una alta acidez que se encuentra en el Chablis y algunos vinos franceses jóvenes de alta calidad. Matiz especial, pálido, de algunos vinos blancos, generalmente jóvenes.

ACERBO. Se dice del vino que es ácido y a la vez áspero y duro. Tiene caracteres de la uva inmadura. Se aplica a los vinos verdes, amargos que son producto de uvas recolectadas prematuramente. En Argentina vino procedente de cepas de baja calidad. Se dice de un vino en extracto y color, que no da sensación agradable a la cata. Vino elaborado con cepas de mala calidad. Vino que al paladar resulta raspante.

ACETALDEHIDO. Sustancia resultante de la oxidación del alcohol etílico que le confiere al vino mal olor, es también llamado aldehído acético.

ACETATO DE ETILO. Es un ester del ácido acético y el alcohol etílico, que se encuentran en los vinos de crianza, es uno de los responsables del aroma característico de algunos de los vinos con acidez volátil elevada.

ACÉTICO. Dícese del ácido del vinagre y sus combinaciones. A menos que el vino esté protegido del oxígeno contenido en el aire, las bacterias de éste darán lugar rápidamente a ácido acético volátil, lo que imprimirá en el vino un sabor flojo y un olor avinagrado, vulgarmente picado, agrio. Vino deteriorado por el contacto con oxígeno, picado, avinagrado. Todos los vinos contienen ácido acético. Normalmente la cantidad es insignificante y lo único que ocasiona es que intensifica el sabor del vino. Con un poco menos de 0.10% en el contenido, el sabor se hace perceptible y el vino es calificado de acétificado o con acidez volátil. Cuando el vino se ha deteriorado por el contacto con el oxígeno. Es un vino picado y avinagrado en su sabor.

ACETOBACTER.  Bacterias, género o fermento del vinagre, al respirar y por tanto en contacto con el aire, oxidan el alcohol del vino dando origen al ácido acético. También se forma una pequeña cantidad de ácido acético durante el proceso de fermentación alcohólica -alrededor de 0,2-0,3 gramos por litro. Contrariamente a lo que se cree habitualmente, no es el ácido acético el responsable del "avinagramiento" de un vino (aroma + sabor).

ACETONAS. Se dice de aquel aroma suave que recuerda un poco a lacas de uñas. En la misma familia de los rasgos del barniz. Es el olor cercano a la laca de las uñas característico de los aguardientes muy viejos.

ACHAMPAGNADO. Vinos que nos recuerdan al tradicional champagne francés.

ACHAMPAÑADO. Calificativo dado a ciertos vinos o sidras cuyas características evocan las del champagne.

ACHKARREN. Vino blanco de origen alemán, procedente de la región de Kaisersthul.

ACHTMORGEN. Vino alemán de la región de Ruppertsberg.

ACIDEZ FIJA. Acidez de un vino calculada como la suma del contenido en ácidos fijos orgánicos y minerales presentes en el mismo. Ficha 1.

ACIDEZ FIJA. Conjunto de ácidos naturales procedentes de la uva (tartárico, málico y cítrico) o formados durante la fermentación maloláctica. Ficha 2.

ACIDEZ FIJA. Es la acidez de un vino relativa a la suma de la cantidad de ácidos fijos, tanto orgánicos como minerales, que se encuentran en su composición. Conjunto de ácidos orgánicos contenidos en la propia fruta, tales como el ácido tartárico, ácido málico y el ácido láctico. Ficha 3.

ACIDEZ REAL. Intensidad de la acidez expresada en pH (potencial hidrógeno, que puede variar entre 0 (para la mayor acidez) y 7 (para la naturalidad absoluta). Normalmente el pH de los vinos está  comprendido entre 2, 8 y 3, 9.

ACIDEZ TOTAL. Característica del vino. Puede variar según las estaciones, frías (la uva es entonces demasiado ácida) o cálidas (la uva está demasiado madura). Ficha 1.

ACIDEZ TOTAL. Cualidad del vino, que viene dada en gramos por litro de ácido acético. Ficha 2.

ACIDEZ TOTAL. Se utiliza es término para expresar la suma de acidez volátil y acidez fija. Recoge el grado total de acidez de un vino, y que es el resultado de agregar a la acidez fija, la acidez volátil. La acidez está estrechamente relacionada con el proceso de crianza, puesto que cuanto mayor es la acidez, más apto es para maduración. Ficha 3.

ACIDEZ TOTAL. Suma de la acidez fija y la acidez volátil. El grado de acidez de un vino afecta tanto su estabilidad ante la crianza (a mayor acidez, mayor capacidad de envejecimiento) como su frescor y color. Ficha 4.

ACIDEZ VOLÁTIL. Cantidad de ácido acético que contiene un vino expresado en gramos por litro. Es la concentración de ácidos libres de un vino. Si ésta es muy elevada, la calidad de ese vino se resiente. Ficha 1

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3 mayo 2010 1 03 /05 /mayo /2010 09:44

Composición del vino

 

Agua: Es el componente mayoritario del vino, representado alrededor del 85% en volumen. Se trata de agua biológica pura. Esta pureza ha de tenerse en cuenta tanto desde el punto de vista de potabilidad, como desde el punto de vista bacteriológico, pues su pH (3,0-3,5 tamponado), es en si mismo un factor limitante para el desarrollo de microorganismos. Además, en esta agua, se encuentran disueltas todas las sales (Fosfatos, etc...) y microelementos y oligoelementos que la vid tomó del suelo durante su ciclo vegetativo.

 

Alcohol etílico o etanol: Representa un 10-14% de la composición del vino, siendo el segundo componente desde el punto de vista cuantitativo. Se origina por la fermentación de los azúcares de la uva.(Glucosa y fructosa). Actúa como soporte de la mayoría de los aromas del vino. En las concentraciones habituales en los vinos tiene sabor dulce.

 

Glicerina y glicerol: Es el tercer componente de los vinos. Tiene sabor ligeramente dulce, y transmite al vino cuerpo, consistencia y suavidad. Las concentraciones normales oscilan entre 5 y 15 gramos por litro. En algunos vinos licorosos, provenientes de uvas de podredumbre noble, esta concentración puede llegar hasta los 10 y 20 gramos por litro.

 

Otros alcoholes: Ya e concentraciones inferiores a 1 gramo por litro, se encuentran otros alcoholes cuyo número es muy elevado, que dan lugar a la información de ésteres que participan en el aroma de los vinos. Algunos de estos alcoholes son: n-propanol - metanol - isobutanol - 2-feniletanol - isoamílico - butanodiol - acetoina - mesoinositol - Manitol - Sorbitol

 

Ácidos

 Debemos distinguir entre los ácidos que ya se encontraban en la uva, y los originados en la fermentación:

Ácidos procedentes de la uva: Ácido tartárico - Ácido málico -Ácido cítrico.

Ácidos originados en la fermentación: Ácido láctico - Ácido succínico - Ácido acético

Encontramos otros ácidos en pequeñas concentraciones, menos interesantes desde el punto de vista organoléptico: ácido galacturónico, dimetilglicérico, piruvico,...

Por su interés organoléptico, consideramos importante profundizar algo más en los ácidos mayoritarios del vino:

Ácido tartárico: Es el ácido específico de la uva y del vino y por tanto el mayoritario. Es un ácido fuerte por lo que influye mucho en el pH. Su concentración disminuye en el vino por precipitación en forma salificada, provocada por el enriquecimiento en alcohol y descenso de la temperatura.

Ácido málico: Es el ácido más extendido del reino vegetal. Se encuentra en hojas, frutos,... Al contrario que el ácido tartárico, este es un ácido fácilmente metabolizable por los microorganismos. Este ácido se encuentra en gran cantidad en la uva verde, pero desaparece poco a poco en el transcurso de la maduración de la uva. El contenido en una uva madura oscila entre 1 y 8 gramos por litro. Durante la fermentación las levaduras metabolizan el 20-30% del ácido málico. Posteriormente vendrá la transformación más importante (no ocurre en todos los vinos): el ácido málico es completamente fermentado por bacterias que lo transforman en ácido láctico y anhídrido carbónico. Este fenómeno se llama fermentación maloláctica y supone, normalmente, una mejora del vino, pues éste adquiere suavidad y pierde la acidez de los vinos recientes.

Ácido cítrico: Se encuentra en vino entre 100 y 300 mg/litro. Al igual que el málico, el ácido cítrico es fácilmente metabolizable por las bacterias, por lo que en vinos que hacen la fermentación maloláctica suele desaparecer.

Ácido succínico: Es un ácido formado por las levaduras que acompaña siempre al a fermentación del azúcar. Se encuentra en cantidades entre 0,5 y 1 gramos por litro. Es estable frente a las fermentaciones lácticas, por lo que su contenido no evoluciona en la vida de un vino. Su sabor es una mezcla de gustos ácidos, salados y amargos; proporciona a las bebidas fermentadas ese gusto específico que les es común (Sabor vinoso).

Ácido láctico: 

Tiene su origen en las fermentaciones. Los contenidos oscilan entre los 0,2 y los 3 o más ramos por litro, según los vinos hayan hecho o no la fermentación maloláctica.

Ácido acético: Es un producto secundario normal de la fermentación alcohólica. La cantidad formada así, varia de 0,15 a 0,6 gramos por litro, dependiendo de la composición del mosto: pH, azúcares, etc, y de las condiciones de la fermentación.

Los contenidos superiores a 0,8 gr/litro son destacables por el olfato, con un característico olor a vinagre

 

Polifenoles: Los polifenoles son las sustancias responsables del color. Los antocianinos nos dan los tonos rojos y azules, mientras que los flavonoides nos proporcionan los tonos amarillos. Otros polifenoles como los taninos son incoloros. Si la concentración de polifenoles es grande, dan lugar a precipitados.  

 

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